miércoles, 15 de octubre de 2014

ALQUIMIA PRÁCTICA, EL VIAJE INTERIOR I - EL SISTEMA PTOLEMAICO


En nuestros días hemos escuchado hablar mucho sobre la "alquimia", un arte que hasta la misma ciencia ha tergiversado porque no se sabe comprender debido a que su sencillez es tal que parece imposible que fuera así. Aclaro que utilizo el término arte similar a como lo utilizaban los "filósofos de la Gran Obra" como el techne aristotélico que designa toda destreza en cualquier cosa, sea teórica o práctica. 

A menudo es discriminada, porque parecen vanos sueños de filósofos que querían llamar la atención con escritos ambiguos, tal y como dicen los mismos textos de ellos, por ejemplo, podemos leer en Livre d'Artephius, Bibl. des Philosophes Chimiques publicado en París en 1741:

"Puedo asegurar que quien intente descifrar literalmente lo que los filósofos herméticos han escrito, se perderá en los meandros de un laberinto del que no saldrá jamás."

¿Cómo podemos entender este intrincado sistema "hermético" si los mismos escritores nos vedan toda entrada a él con alegorías que desubican al investigador? Muchos dicen que este arte se debe aprender de un maestro, pero mi experiencia me ha demostrado que no solo existe ese camino, pues cualquiera con suficiente intuición puede abordarlo, eso sí, con cuidado porque el laberinto del rey minos es difícil de caminar, y su salida suele estar oculta.

No me centraré en la práctica de la alquimia en el mundo, puesto que el fin verdadero de ésta no es eso. Los metales y todo a lo que se refiere es alegórico, pero por medio del sistema de analogías, o teoría de las correspondencias antigua se puede llegar a realizar diferentes cambios en la materia, de hecho esto era realizado con el fin de saber si el iniciado estaba llegando a buen término la Gran Obra; remito al interesado sobre el tema al Dictionaire Mytho-Hermétitique publicado en París en 1747 donde habla de las 12 subdivisiones alquímicas. Tampoco me fijaré en la historia, porque ya hay muchas teorías al respecto y libros sobre ello escritos.

Antes de entrar en la explicación del sistema ptolemaico, debo dejar claro que para poder entender la alquimia en toda su profundidad se requiere de una capacidad que todos nosotros poseemos: LA IMAGINACIÓN. En la magia, la imaginación es el artífice de nuestro poder. Es la visión del loco, que ocurre cuando el sensor psíquico se apaga en la práxis de la "gnosis o estado alterado de conciencia", o la doble visión del cuerdo. Fulcanelli habla de ello más poéticamente cuando dice nuestra estrella es única y, sin embargo, es doble. Paracelso la llama astro interior y hace hincapié en que no se debe confundir con la fantasía, pues la imaginación pura es una fuerza solar, creadora que se concentra en eidá (idea en el sentido platónico) y su origen está en el anima mundi. Por su parte, Platón mostraba que la imaginación era la misma Psyché el espíritu indivisible que se encontraba en oposición a Thymós, identificado actualmente con el EgoWilliam Blake la describe de ésta manera: 

Este mundo de la Imaginación es el mundo de la Eternidad: es el seno divino al que todos iremos después de la muerte del cuerpo Vegetado. Este mundo de la Imaginación es Infinito y Eterno, mientras que el mundo de la Generación, o la Vegetación, es Finito y Temporal. Existen en ese Mundo Eterno las Realidades Permanentes de todas las cosas que vemos reflejadas en este Espejo Vegetal de la Naturaleza. Todas las cosas se hallan comprendidas en sus Formas Eternas [...], la Verdadera Vid de la Eternidad, la Imaginación humana...

Visión hermética del sistema ptolemaico 

El astrónomo Claudio Ptolomeo es probablemente, junto con Hiparco de Nicea, el padre de la astronomía. Ptolomeo, según sus escritos y su modelo, fue iniciado en los misterios de Isis y Osiris, donde se estudiaba un sistema geocéntrico para el profano, pero que en realidad era antropocéntrico, pues se fijaba en el papel del hombre en el Universo, más que de la constitución del cosmos en sí. Hiparco, en cambio, era un estudioso de los astrólogos caldeos -también alquimistas, pues la alquimia, antes de tener este nombre era conocida como astronomía inferior y en medio oriente era practicada por los iniciados de Ishtar, palabra que tiene raíz caldea Istar, estrella-. 

El modelo egipcio del Universo tenía leves diferencias del griego, enseñado en los misterios de Eleusis y Dionisio (sol nocturno), por eso se pueden observar pequeñas variantes entre el sistema de Platón -iniciado en Eleusis- y el de Ptolomeo. Sin embargo Aristóteles en el siglo IV a.C había tomado la dualidad platónica del mundo y le dio carácter cósmico, donde dividió el universo en el cielo eterno o etéreo y una región sublunar transitoria, donde se desenvolvía la materia. Ptolomeo adaptó el sistema egipcio a la teoría aristotélica -que no diferían mucho entre sí- y creó su sistema. 

El sistema ptolemaico solo fue tomado por los profanos como modelo universal. Porque para los alquimistas, gnósticos y otros compenetrados en el ocultismo sabían muy bien que el modelo hace referencia al psicocosmos, el hombre solitario, como un dios en el universo. Es un mapa del alma que viaja por diferentes estados (planetas) y se transforma a sí misma. Algo parecido al viaje cabalístico por el árbol sefirótico o a la inversa por el árbol de la noche. El viaje por este sistema puede llevar a que el hombre alcance la liberación del "yo" del ego, buscado en el LHP; llamado por los gnósticos, la liberación del espíritu de la prisión de la materia del demiurgo. 

En la antigüedad, al iniciado se le entrenaba en la magia astral, donde se hacía uso de esta facultad para poder acceder a estas esferas planetaria por medio de sueños guiados. Sin embargo, es posible alcanzar estas esferas en viajes chamánicos o con drogas como el LCD. También la práctica onírica nos puede llevar a tener resultados, todo depende del estado de conciencia de la persona. Una advertencia: un neófito no debe intentar hacerlo porque el ego en estado salvaje puede llevarle a la peor experiencia de su vida, ya que se parcelará. 

Práctica

En el sistema ptolemaico el hombre tiene la responsabilidad creadora de su psicocosmos, para cambiarse a sí mismo se debe viajar por las 7 esferas planetarias del psicocosmos, comenzando por la esfera de Saturno, la más exterior, que corresponde con la sucia vestidura del alma, el plomo en la alquimia, el metal más grosero, para franquear la primera esfera es necesario pasar por la muerte del cuerpo y la putrefacción de la materia condición para la transmutación. Luego el alma sin vestidura deberá atravesar los demás planetas que corresponden a:

- Júpiter (Cing)
- Marte (Hierro)
- Mercurio (Mercurio)
- Luna (Plata)
- Sol (Oro) 

Y volver a la Tierra (sal)..

Los diferentes planetas corresponden a diferentes metales que en sí mismos son varios estados de madurez o de enfermedad -dependiendo del practicante- de la materia prima, es decir del practicante que busca la perfección, que es simbolizado por el oro.

Más adelante volveré con más detalles sobre las demás esferas. 

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