viernes, 26 de septiembre de 2014

LAS 9 DECLARACIONES SATÁNICAS - ANTON SZANDOR LAVEY


1. ¡Satán representa complacencia, en lugar de abstinencia!

2. ¡Satán representa la existencia vital, en lugar de sueños espirituales!

3. ¡Satán representa la sabiduría perfecta, en lugar del auto engaño hipócrita!

4. ¡Satán representa amabilidad hacia quienes la merecen, en lugar del amor malgastado en ingratos!

5. ¡Satán representa la venganza, en lugar de ofrecer la otra mejilla!

6. ¡Satán representa responsabilidad para el responsable, en lugar de preocuparse por vampiros psíquicos!

7. ¡Satán representa al hombre como otro animal, algunas veces mejor, la mayoría de las veces peor que aquellos que caminan en cuarto patas, el cual, por causa de su "divino desarrollo intelectual" se ha convertido en el animal más vicioso de todos!

8. ¡Satán representa todos los llamados "pecados", mientras lleven a la gratificación física, mental o emocional!

9. ¡Satán ha sido el mejor amigo que la Iglesia siempre ha tenido, ya que la ha mantenido en el negocio todos estos años!

Tomado de "La Biblia Satánica - Anton Szandor Lavey"

ALGUNAS IDEAS IRRACIONALES O PENSAMIENTOS DISTORSIONADOS QUE IMPIDEN EL AUTOCONTROL EMOCIONAL - CARLOS MARTÍN PÉREZ


Hay muchas ideas irracionales o pensamientos distorsionados en nuestra sociedad que impiden el autocontrol emocional y logran que nuestra vida no sea plena, que la disfrutemos con alegría. Los sentimientos no son simples emociones que nos suceden, sino que son reacciones que elegimos tener. Si somos dueños de nuestras emociones, si las controlamos, no tendremos que escoger reacciones de autoderrota.

Algunas de esas ideas irracionales o pensamientos distorsionados, son:

Falta de autovaloración

Fácil es ver los fallos de los demás, pero los propios fallos son difíciles de ver. Uno aventa, como la paja, los fallos de los demás, pero esconde los propios como el cazador se esconde a sí mismo.
DHAMMAPADA

Es común que, como mucha gente en esta sociedad, se haya crecido con la idea de que está mal amarse a sí mismo, que eso es egoísmo.

Pero el amor a los demás está relacionado con el amor que nos tenemos a nosotros mismos. El amor es una palabra que tiene tantas definiciones como personas hablaron de él.

La definición que por el momento más me gusta es la de DYER: "Amor es la capacidad y la buena disposición para permitir que los seres queridos sean lo que ellos elijan para sí mismos, sin insistir en que hagan lo que a ti te satisfaciera o te gustase"

Hay muy pocas personas que pueden aplicarse esta definición a sí mismos. Cuando haya reconocido lo que usted vale y lo bueno que es, no tendrá necesidad de que los demás apoyen y refuercen su valor ajustando su conducta a sus instrucciones.

Logra amarse a usted mismo y es capaz de amar a los demás y de hacer cosas por los otros al poder dar y hacer cosas para sí mismo. Entonces no tendrá problemas para amar o dar, no lo hará porque espera retribuciones o gratitud sino por el verdadero placer que se siente al ser generoso y amante.

Hay que destruir los pensamientos irracionales de que se tiene un solo concepto de sí mismo y que este es positivo o negativo siempre. Puede ser que no le guste cómo se ha portado en algún momento, pero eso nada tiene que ver con su autovaloración.

Vale por solo el hecho de existir, de ser un ser humano. Tiene un valor dado ajeno a sus logros. Es tan absurdo hacer que lo que usted vale dependa de algún logro externo, como lo es hacer que dependa de la opinión de otra persona. El resultado final de cualquier actividad o empresa que realice no determinará de ninguna manera su valor como persona.

Falta de aceptación del cuerpo

Es imposible ser feliz sin también ser sabio, honorable y honesto, y es imposible ser sabio, honorable y honesto sin también ser feliz. La felicidad es tan dependiente de la práctica de la sabiduría, el honor y la honestidad que ser negligente con solo uno de estos valores conducirá irremediablemente a problemas y lamentaciones en la vida.
 EPICURO

No es que tenga buen o mal cuerpo, usted es su cuerpo. El que no le guste significa que no se acepta a sí mismo como ser humano. Si los rasgos físicos que le desagradan pueden ser modificados, haga que cambiarlos sea una de sus metas.

Las partes que desaprueban y no se pueden cambiar pueden ser vistas con una óptica diferente. No se tiene por qué aceptar la definición de la sociedad respecto a la belleza. No deje que los demás le dicten lo que es atractivo para usted. Rechace las comparaciones y las opiniones de los demás, importa solo lo que para nosotros es válido. Vemos exactamente lo que escogemos ver, incluso en los espejos.

Seguridad en cuanto a garantías externas

Si te conoces a ti mismo y conoces a tu enemigo, todos tus combates se medirán por victorias.
SUN TZU

Esta seguridad es otra idea irracional ya que mientras vivamos en esta tierra y si el sistema sigue siendo el mismo nunca podremos tener esa seguridad.

Y aunque no fuera una idea irracional, sería una fea manera de vivir ya que la seguridad elimina la excitación, la emoción y el crecimiento. Pero hay una seguridad que sí vale la pena buscar y es la seguridad interior que les brinda el tener confianza en sí mismo y en su capacidad de solucionar cualquier problema que se le presente.

Dependencia psicológica

Quien conquista la pasión, no vuelve a ser derrotado.
DHAMMAPADA

Lo racional es ser independiente psicológicamente, o sea ser uno mismo, viviendo y escogiendo los comportamientos que elige y desee. El depender de alguien psicológicamente, significa que esa relación no implica una elección, sino que es un vínculo en el cual se siente obligados a hacer o ser algo que no quiere.

Si lo que desea es ese tipo de relaciones, entonces no es malo, pero si la necesita o se siente obligado a tenerla y luego le molesta, entonces quiere decir que está actuando irracionalmente.
La independencia psicológica implica: no necesitar a los demás, no digo no desear a los demás, sino: NO NECESITARLOS.

Usted es responsable de sus propias emociones y las demás personas de las suyas. Nadie puede controlar sus sentimientos salvo uno mismo.

Vivir en pasado o futuro

Un día mientras caminaba a través de la selva un hombre se topó con un feroz tigre. Corrió pero pronto llegó al borde de un acantilado. Desesperado por salvarse, bajó por una parra y quedó colgando sobre el fatal precipicio. Mientras él estaba ahí colgado, dos ratones aparecieron por un agujero en al acantilado y empezaron a roer la parra. De pronto, vio un racimo de frutillas en la parra. Las arrancó y se las llevó a la boca. ¡Estaban increíblemente deliciosas!
CUENTO ZEN

El único tiempo que existe es el presente ya que el pasado ya pasó y el futuro aún está por llegar. Solamente existe un momento en el que podemos experimentar algo y ese momento es ahora.

Lamentablemente se pierde mucho tiempo en recordar el pasado y pensar en el futuro. Es muy importante que nos hagamos cargo de nuestro momento presente. Vivir el presente, el ahora.

El pasado ya no existe; sí nos puede aportar mucho, pero ya pasó; tomemos lo bueno, dejemos lo malo y listo, ya se fue. El futuro no llegó; nada sabemos de él, lo podemos vislumbrar, planear, pero no detenernos en él, ya que aún no está.

Este momento es el único que tiene, por ahora… Por lo tanto, hay que vivirlo, disfrutarlo, como si fuera el último.

Necesidad de aprobación

Algunos hombres y mujeres desean ser famosos y bien conocidos porque piensan que esto hará que sus vidas estén a salvo de riesgos. Si la fama acarrea la seguridad, es bueno y correcto desear ser famoso; pero si una vida famosa trae más problemas que una vida oscura, es tonto desear lo que es realmente malo para nosotros.
EPICURO

A todos nos gusta que nos aprueben. La aprobación no es un mal en sí mismo; se convierte en patológica cuando es una necesidad en lugar de un deseo.

Es imposible lograr la aprobación de todas las personas en todas las cosas que hagan, ya que todos los seres humanos somos diferentes. Además, aunque parezca extraño, cuanto más se busca aprobación, menos se la encuentra.

Perfeccionismo

Cuanto más deseamos alcanzar un objetivo, menos lo logramos. Una voluntad demasiado tensa hacia un objetivo constituye un obstáculo.
AWA KANZO SENSEI (Maestro de Kyudo)

¿Por qué tenemos que hacer todo bien? ¿Quién está anotando los puntos? Es absolutamente paralizante la búsqueda constante del éxito en todo lo que hacemos.

Está bien que algunas actividades las intente hacer lo mejor posible, pero ¿por qué todas? La misma ansiedad que da plantearse hacer las cosas a la perfección, los lleva muchas veces a hacerlas peor, ya que la ansiedad impide pensar con claridad.

Hacer las cosas a la perfección es una idea irracional, ya que la perfección no es un atributo de la naturaleza humana. Cambie el "Haz lo mejor posible" por "Hazlo". Haga lo que quiera hacer y no se prive de ese placer, solo porque quizás no lo haga bien.

Puede haber ocasiones en las que según sus propias reglas fracase en algo. Pero este fracaso puede ser productivo, puede servir de incentivo al trabajo y a la investigación. Lo importante es no equiparar el acto, a su valor como persona. Se trata sólo de no haber logrado el éxito en esa tarea y no que usted no valga.

Culpabilidad

Mejor conquistarse a uno mismo que conquistar a los demás.
DHAMMAPADA

Las emociones más inútiles son la culpabilidad por lo que se ha hecho y la preocupación por lo que se podría hacer. La culpabilidad no es solo una preocupación por el pasado, es la inmovilización del momento presente.

Aprender de las equivocaciones es una parte sana y necesaria del crecimiento y desarrollo, pero experimentar culpabilidad sólo cuando este sentimiento les impide actuar ahora porque antes se comportó de determinada manera.

Este sentimiento es irracional no sólo porque le hace sentir molesto y deprimido, sino que es inútil porque aunque le dedique el resto de su vida a sentirse culpable nunca logrará borrar lo sucedido.

Por lo tanto mejor dedique su valioso tiempo a hacer algo más constructivo como puede ser cambiar su actitud respecto a las cosas que le producen culpa.

Preocupación

¿Temes sufrir? Ya sufres por temer.
PROVERBIO CHINO

Por mucho que se preocupe por el futuro no cambiará nada. No hay que confundir preocupación, con hacer planes para el futuro; sólo es preocupación cuando de alguna manera se encuentran inmovilizados por algo que ocurrirá en el futuro.

La preocupación es endémica en nuestra cultura. Casi todos los seres humanos pierden un tiempo enorme en preocuparse y esto no sirve para nada ya que ni un solo minuto de preocupación puede mejorar el futuro; al contrario, nos quita eficiencia para vivir el presente.

Este es un aspecto a modificar ya que le hace desperdiciar muchos momentos presentes en comportamientos que no le brinda retribuciones positivas. La preocupación sólo le sirve para agregar estrés innecesario a su vida y no le aporta nada.

Depresión

Si nuestra paz mental no fuera disturbada por ideas supersticiosas sobre cometas, estrellas fugaces y otros tipos de fenómenos astronómicos, o por pensar en la muerte (lo que realmente es nada para nosotros), así como por nuestra carencia de entendimiento de los límites del sufrimiento y cómo manejar racionalmente nuestros deseos, no tendríamos necesidad alguna de adquirir un cabal entendimiento científico de la naturaleza.
EPICURO

Si se siente deprimidos cuando llueve, no es a causa de la lluvia, sino porque se está diciendo cosas negativas con respecto a la lluvia. Esto no quiere decir que se deba engañar diciéndose cosas que le haga disfrutar de la lluvia, sino que más bien se pregunte: "¿Por qué voy a escoger la depresión ¿Acaso deprimirme me ayudará a enfrentarme con la lluvia, de una manera más eficiente?"

Es usted el responsable de lo que siente. Siente lo que piensa y puede aprender a pensar diferente sobre cualquier cosa, si decide hacerlo. Pregúntense si vale la pena, si le compensa ser infeliz, estar deprimido o sentirse herido u ofendido.

Entonces examine profundamente el tipo de pensamientos que le están llevando hacia esos sentimientos de debilidad que no les sirve para nada más que para paralizarlo y evitar que disfrute del momento presente por pérdidas que por más que lamente nunca la podrá cambiar. La depresión es autocausada por nuestros propios pensamientos negativos con respecto a la pérdida.

Por más que nos deprimamos no lograremos recuperar lo perdido, deprimirnos solo nos va a servir para agregar a la pérdida el malestar que nos autocausamos deprimiéndonos y además no podremos disfrutar del presente.

Suerte

No hay que perseguir las cosas, ni rehusarlas.
HAIKU JAPONÉS

Creer en la suerte o el destino, es sentarse a esperar que las cosas pasen sin hacer nada para lograrlo, sin luchar por lo que uno quiere. Lo racional es ser activos y hacer que sucedan las cosas que deseamos en lugar de sentarnos a esperar que se den solas.

Prejuicios

No habléis agresivamente con nadie, porque los que atacáis podrán replicaros de igual manera. Las discusiones crean dolor y podréis recibir golpe por golpe.
DHAMMAPADA

El prejuicio, se basa no tanto en lo que uno odia o le desagrada, sino en el hecho de que es más fácil y más seguro quedarse con lo conocido. Esto trabaja en su contra ya que evita que explore lo desconocido. Al ser espontáneo elimina sus prejuicios y se permite conocer y tratar con la gente e ideas nuevas. Si no confía en nadie que no le sea totalmente familiar es porque no tiene confianza en sí mismo cuando se mueve en terreno desconocido.

Puede decidir vivir dada día de una manera diferente, siendo espontáneo y vital o puede temer a lo desconocido y quedarse igual siendo el mismo de siempre. Lo opuesto al crecimiento es la igualdad o monotonía. Usted elige que es lo que quiere para su vida.

Ira

Arde. Es la cólera en el corazón. Humea. Es una injuria que vuestro enemigo profiere contra vosotros. Guardaros bien de extinguirla con violencia, no os venguéis, no os defendáis, sino dad lugar a esa cólera. Dejadla humear y que se extinga por sí misma. Si humea es que se extingue. No la apaguéis por la fuerza, dejad que se exhale y se pierda inútilmente en medio del aire sin heriros y alcanzaros.
MORIHEI UESHIBA (Creador y Maestro de Aikido)

Ira se refiere a una reacción inmovilizante que se experimenta cuando nos falla algo que esperábamos. En general proviene del deseo de que el mundo y la gente sean diferentes a lo que realmente son.

Cuando se enfrenta con circunstancias que no son las que quiere, se dice que las cosas no deberían ser así (se frustra) y entonces elige la reacción de ira.

Se puede aprender a pensar de manera diferente cuando se sienta frustrado. Lo más probable es que siga sintiendo rabia, irritación y desilusión ya que el mundo no será nunca como quiere que sea. Pero la ira puede ser eliminada si cambia el enfoque.

Gran parte del tiempo las cosas y la gente serán distintas a lo que quisiera que fueran. Así es el mundo. O sea que da vez que opte por la ira se deja herir de alguna manera por culpa de la realidad.

¿No es una tontería molestarse por cosas que no pueden cambiar? En lugar de elegir la ira, puede empezar a pensar en los demás como en seres que tienen derecho a ser diferentes a lo que quisiera que fueran. Puede no gustarle lo que ve o cómo actúan otros pero no por ello enfadarse, sentir ira.

La idea es aprender a pensar en forma diferente para que esa ira no nos suceda, no nos paralice.

Justicia

Si uno encuentra un hombre sabio, quien como un descubridor de tesoros te señala tus defectos y te llama la atención sobre los mismos, debe asociarse con tal persona. Uno irá bien y no mal en la compañía de esta persona.
DHAMMAPADA

Buscar la justicia es como buscar la fuente de la eterna juventud. La decisión de luchar contra la injusticia puede ser muy admirable sin duda, pero su elección de dejarse perturbar por ello es tan irracional como la culpa, la búsqueda de aprobación o cualquiera de los otros comportamientos autofrustrantes.

Si deja de buscar la justicia, hacer cuentas y compararse con los demás, es seguro que sus relaciones interpersonales mejorarán.

En lugar de perder el tiempo en pensar que las cosas son injustas, puede decidir lo que realmente quiere y ponerse a buscar las maneras para lograrlo de forma independiente de lo que el resto del mundo quiere o hace.

Deberización

Siempre hay un conflicto entre “lo que es” y “lo que debería ser”.
KRISHNAMURTI

Solo cuando la mente no busca estímulos en ninguna forma, ya sean externos o internos, puede estar completamente quieta y libre; y la creación existe únicamente en esa libertad.
KRISHNAMURTI

Deberiza siempre que actúa como siente que debe hacerlo aunque prefiera otra forma de comportamiento. Por ejemplo: "Debes ser amable, debes cooperar con las tareas, debes estudiar aunque prefieras otra cosa, debes ser siempre bueno/a, debes comportarte como todos, etc."

No pasa nada si no guarda la compostura o no entiende. Nadie le está llevando lo cuenta ni nadie le va a castigar por no ser algo que otra persona dijo que debería ser. Nunca puede ser nada que no quiera ser todo el tiempo. No por eso, tenemos que estar contra el mundo, es sólo no imponernos "deberías" que no queremos o que nos tensionan, que nos obligan a cumplir siempre y si no lo hacemos también nos tensionan ya que nos lo impusimos por el "debería".

Hacer lo que queremos es libertad, siempre y cuando no atentemos contra la libertad del otro. Recuerde que la idea es decidir por nosotros mismos, no influenciados por los demás. Podemos equivocarnos, en nuestra elección, pero es asunto nuestro, por lo tanto no "debemos" rendir cuentas de nuestros errores que nos ayudan a crecer.

Tomado de "El Gran Juego - Carlos Martín Pérez"

ANIMISMO - PATRICK HARPUR


Todas las sociedades tradicionales reconocen el Anima Mundi. Puede que no tengan un concepto para ello (el mana que menciona Jung es la excepción más que la regla), pero lo conocen directamente a través de cada gran sueño, encuentro daimónico y epifanía. Este sentido de anima en la naturaleza, vibrante de vida, se denomina peyorativamente “animismo” en la cultura occidental, que desde hace mucho tiempo ha vaciado a la naturaleza de alma y la ha reducido a una materia muerta que obedece leyes mecánicas. La palabra “animismo”, en efecto, desacredita lo que pretende describir. Pero, para las culturas que describimos como animistas, no existe tal cosa como el animismo; solo existe una naturaleza que se presenta en toda su inmediatez preñada de dáimones. Hay genios de bosque y de montaña, númenes de árboles y arroyos, demonios en cuevas y espíritus junto al mar. Todos estos pobladores de lo salvaje cuentan con sus homólogos dentro de los límites de lo habitado, desde los ancestros a los más íntimos dioses domésticos. Ningún aspecto de la vida cotidiana carece de su daimon soberano, al que hay que considerar su parte y ración si se quieren evitar los problemas. “Todas las cosas”, como señalaba Proclo, “están llenas de dioses.”

Fuera del recinto sagrado –el temenos- del pueblo, los lugares sagrados albergaban a dáimones que, como es natural, prefieren unos sitios a otros, un cierto árbol por aquí o una roca por allá. Dentro, santuarios realizados por el hombre –hogares, tumbas, templos…- hospedaban a dioses domésticos y espíritus ancestrales. Y es que los dáimones necesitan atenciones. Las luces suspendidas sobre los túmulos o círculos de piedra, las que se elevan de las tumbas sagradas o los pozos santos, son señales de lugares daimónicos. Los ovnis levitan sobre bases militares, centrales eléctricas y embalses porque éstos son los santuarios de nuestra moderna cultura secular, cuyas inquietudes tecnológicas quedan reflejadas en la misteriosa exhibición de una “nave espacial” alienígena de alta tecnología. 

Los lugares donde se registra una alta incidencia de ovnis se llaman “ventanas”. No es un mal nombre para un lugar sagrado, pues sugiere una mayor transparencia entre la realidad daimónica y la ordinaria. Los dáimones prefieren especialmente los límites, o lo que el antropólogo Victor Turner llamaba “zonas liminales” (“umbrales”). Éstas pueden estar dentro de nosotros (entre la vigilia y el sueño o la conciencia y la inconsciencia) o fuera (cruces de caminos, puentes y orillas). O pueden referirse a momentos determinados, entre el día y la noche, a medianoche, en el cambio de año… Campings de caravanas o aparcamientos de camiones a menudo son especialmente frecuentados por ovnis o por criaturas extrañas, tal vez porque están liminalmente situados entre el campo y la ciudad, entre lo habitado y lo salvaje. En cualquier caso, todo el mundo conoce algún lugar hechizado, ya sea designado públicamente o solo en privado. En ellos, las leyes del tiempo y espacio, de materia y causalidad, parecen atenuadas; y por un instante alcanzamos a vislumbrar un orden de cosas oculto.

Tomado de "Realidad Daimónica - Patrick Harpur"

jueves, 25 de septiembre de 2014

EL ALMA DEL MUNDO - PATRICK HARPUR


Los neoplatónicos describían el mundo intermedio de dios y dáimones como Anima Mundi, el Alma del Mundo. Lo infirieron de Platón, que imaginó un alma del mundo infundida por el Demiurgo (su dios-creador) a lo largo del cuerpo del mundo, convirtiéndolo en una criatura viviente. Así pervive este modelo mítico o metáfora raíz detrás de las modernas inquietudes ecológicas, que dibujan el mundo como un organismo o lo personifican como una diosa semejante a Gaia. 

También es directamente análoga al inconsciente colectivo de Jung, y parte él mismo de la tradición filosófica que pretende explicar. Jung visitó el Alma del Mundo con un nuevo atuendo, más científico. Puesto que ni el Alma del Mundo ni el inconsciente colectivo pueden ser conocidos en sí mismos, tal vez sería mejor decir que son metáforas el uno del otro. Son como un espejo, vacío en sí pero que lo refleja todo. Son como vastos almacenes de imágenes que no existen al margen de las imágenes que contienen. 

De hecho, las imágenes no están en ellos, sino que son ellos. “La imagen es la psique” dijo Jung; y por eso no podemos decir qué es el alma, sino solo cómo es, pues entre sus imágenes hay imágenes de sí misma, que incluyen conceptos como los de Anima Mundi e inconsciente colectivo. En muchos aspectos, estos conceptos abstractos hacen menos justicia a la realidad que imágenes concretas como la de un espejo o la de un almacén. W. B Yeats pensaba en el Anima Mundi “como un gran estanque o jardín donde agita el don de sus brotes como una gran planta acuática o con frecuencia echa ramas en el aire”. Pero ésta es tal vez una imagen demasiado dócil para el Anima Mundi. Jung la solía comparar con el mar, una imagen que aparece por igual en sueños individuales y mitos primitivos, donde el océano es representado a menudo como un universo-espejo que contiene réplicas o reflejos de cuanto hay en la Tierra. Lo cierto es que, al final de su autobiografía, reconoció que “inconsciente” tal vez fuera un término demasiado neutral y racional, que podría sustituirse por mana, daimon o Dios.

En la alquimia encontró quizá la representación más sofisticada del alma del mundo: Mercurio, que personificaba tanto un dinámico espíritu inmanente en la materia como el propio inconsciente colectivo. La figura mitológica de Proteo, una imagen predilecta del Renacimiento, representaba una combinación de la imagen del mar y la personificación: como vástago daimónico del dios del mar Poseidón, Proteo es el que cambia de forma par excellence: siempre es él mismo, pero siempre aparece como otra cosa. 

Cunado Jung hablaba de “imágenes”, es obvio que se refería sobre todo a las imágenes arquetípicas que nos encontramos como dáimones y dioses. No debemos dejarnos engañar con la palabra “imagen” y considerarlas como algo irreal. Al contrario, deberíamos abordarlas del modo en que Jung abordaba a dáimones como su Filemón: "como si fueran personas reales” a quienes él “escuchaba atentamente”. Observemos que no las trataba como reales literalmente, como nosotros tratamos (equivocadamente) las alucinaciones o (correctamente) a las personas de la calle. No las trataba como “extraterrestres”. Ni las trataba como partes de sí mismo, ilusiones o meras proyecciones. Las trataba como seres metafóricos, como si fueran personas reales. Y es esta realidad metafórica, tan real (si no más) como la realidad literal –tan real como Filemón-, lo que él llamaba “realidad psíquica”. Con el fin de suprimir el matiz de subjetividad que se otorga popularmente a la palabra “psíquica”, la llamaré realidad daimónica.

La ventaja del Anima Mundi frente al inconsciente colectivo como metáfora raíz para la realidad daimónica es que nos devuelve a la idea de alma, con todas sus connotaciones religiosas, en lugar de psique, que ha perdido dichas connotaciones en manos de casi todo el mundo excepto Jung. Además, no sugiere, como hace el “inconsciente”, un mundo dentro de nosotros fácilmente reducido a “mera psicología”, sino que reintroduce la idea de un mundo objetivo. Y dotado del alma “ahí fuera”.

“Si todas nuestras imágenes mentales, no menos que las apariciones (y no veo ningún motivo para diferenciarlas)”, escribió Yeats, “son formas que existen en el vehículo general del Anima Mundi, reflejadas en nuestro vehículo particular, muchas cosas torcidas se enderezan.” Desde nuestro punto de vista, el alma es un microcosmos, un “pequeño mundo” en sí mismo que incluye un nivel colectivo profundo o alma del mundo donde se reúnen las almas de todos los individuos. Desde el punto de vista del alma del mundo, es un macrocosmos, un mundo impersonal completo, que paradójicamente puede manifestarse de una manera personal: como almas humanas individuales. Jung entendía que si penetramos lo bastante hondo en nosotros mismos, por así decirlo, el inconsciente se vuelve hacia fuera: “en el fondo”, la psique es simplemente “el mundo”.

Tomado de "Realidad Daimónica - Patrick Harpur"

miércoles, 24 de septiembre de 2014

COMPLEJOS, ARQUETIPOS Y MITOS - PATRICK HARPUR



En su obra más temprana Jung habría llamado a los dáimones (1) personales “complejos”, esa parte del inconsciente de sus pacientes que, habiendo sido negada o reprimida, tiende a escindirse y adquiere una semiautonomía, como nos encontramos en los casos de “desorden de personalidad múltiple”. Estos fragmentos psíquicos son como personalidades por derecho propio, con su propia voz. El objetivo de la psicoterapia era (a grandes rasgos) rastrear la causa de la escisión en el historial del paciente y traerla a la conciencia para que el fragmento o complejo pudiera reintegrarse y así dejar de hacerse notar a través de síntomas indeseables. Estrictamente hablando, nosotros no tenemos complejos, sino que ellos nos tienen a nosotros. Nosotros somos impotentes en manos de las obsesiones, compulsiones, fijaciones, aversiones y demás.

Pero incluso cuando los complejos se han desenredado muestran contenidos que no pertenecen a la historia personal…, contenidos que apuntan hacia abajo, por así decirlo, hacia el mundo impersonal de los arquetipos. Aquí encontramos dáimones en cuyas manos somos igualmente impotentes, ya no en el sentido neurótico, sino en el de estar empujados por el destino, llamados por un dios.

El gran logro de Jung fue no seguir la tradición filosófica occidental al uso traduciendo siempre imágenes y personificaciones en conceptos y abstracciones del pensamiento. En lugar de eso, permaneció fiel a las imágenes mismas, reteniendo se naturaleza personificada como, por ejemplo, Sombra, Héroe, Anima, Gran Madre, etc. (Y aquí debo subrayar que no empleo la palabra personificación en el sentido antropomórfico habitual, implicando que creamos a los dioses y dáimones a nuestra propia imagen o que son nuestras proyecciones. Al contrario, la aparición de dioses y dáimones precede al concepto de personificación. Nosotros no personificamos; más bien, los dáimones llegan como personas.)

Además, Jung reconoció en la naturaleza del ego –el sentido del “yo”- lo que nos engaña induciéndonos a creer que somos una sola personalidad unificada. Porque, en realidad, la psique se compone de varias personalidades diferentes, cada una con sus propias demandas, que el ego se ve conducido a ignorar, subordinar o aniquilar. Por eso Jung quería desplazar el centro de la personalidad desde el ego hacia el sí-mismo, que él concebía como un complexio oppositorum, un complejo de opuestos en el que nuestras personalidades distintas y opuestas podrían acomodarse armónicamente, alcanzando una co-inherencia como una especie de paradójica multiplicidad-en-la-unidad. 

Jung otorgó una relativa autonomía a los complejos llamándolos “Gente pequeña”. Vio que remitían a los arquetipos como los dáimones remitían a (y derivaban hacia) los dioses. No es ésta una relación estática sino dinámica, que forma modelos arquetípicos: acciones narrativas a las que llamamos mitos.

Freud reconoció que nuestras ideas y acciones se ajustan a determinados arquetipos y motivos mitológicos, pero tendía a reducir a éstos a solo unos pocos, como el mito de Edipo. Jung, por su parte, vio que, en lo hondo del inconsciente colectivo, todos los mitos gozaban de buena salud, viviendo sus propias vidas. La influencia encubierta que ejercen sobre nosotros sale a veces a la superficie espontáneamente, como en los pacientes psicóticos a los que se descubrió representando algún mito arcano del que no podían tener ningún conocimiento consciente. O bien hombres y mujeres de visión y autoconocimiento excepcional pueden adquirir consciencia del mito que están viviendo, al igual que Jung era consciente de estar reproduciendo en su obra el antiguo proceso de la alquimia, no química sino psicológicamente. 

En otras palabras, “la mitología es psicología antigua, y la psicología es mitología reiciente.” Y para la cultura occidental desde el Renacimiento, mitología significa la mitología griega o grecorromana. No es que Jung ignorase otras mitologías; de hecho, la recurrencia de motivos perturbadores, sacados de los mitos germánicos, que detectó en las psiques inconscientes de sus pacientes alemanes le permitió vaticinar, ya que en los años veinte, el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Pero, en su mayor parte, es la incomparablemente sutil, detallada y elaborada mitología de los antiguos griegos la que proporciona la guía más solvente en la vida profunda de la psique colectiva.

Y así es como debemos revisar, o incluso invertir, nuestra visión de los mitos, igual que tuvimos que revisar nuestra visión de los sueños. En lugar de verlos como relatos arcaicos e invenciones primitivas, debemos verlos como la encarnación de verdades psicológicas, historias arquetípicas que nos hablan de una forma simbólica y poética sobre cómo somos realmente. Incluso hay mitos, como veremos, que prefiguran la negación del mito en sí. Son historias verdaderas, que describen acontecimientos que nunca ocurrieron en la historia pero que tuvieron lugar, igual que lo siguen teniendo, en el reino intemporal del inconsciente colectivo. Si sus protagonistas, los dioses y dáimones, cambian de forma –apareciendo, pongamos, como alienígenas de otros planetas-, es solo que se han hecho un nuevo traje para adaptarse a los tiempos. 

Notas
(1) Toda clase de seres que se encuentran en el mundo intermedio entre el físico y el arquetípico. Toda clase de espíritus como los conocían los neoplatónicos.

Tomado de "Realidad Daimónica - Patrick Harpur"

SORTILEGIO - JOSEPH MAX


El desarrollar habilidades en la adivinación por sortilegio se basa en la familiarización íntima con el simbolismo de la herramienta adivinatoria elegida. Cuanto más uno estudia y memorizaba el lenguaje simbólico de las cartas, runas, hexagramas o lo-que-usted-tenga, más eficaces sus adivinaciones se hacen. Una vez más tales estudios sistemáticos están más allá del alcance de este artículo, y hay muchas fuentes disponibles de las cuáles a aprender. Pero como con los cristales, la práctica es la llave al éxito. Hacer una lectura diaria con el objetivo de iluminación personal o guía es una buena práctica, y un diario escrito debe ser llevado para poder comparar los resultados con las predicciones y así refinar las técnicas para lograr mejores resultados.

Algunos textos (los de Crowley por ejemplo) sugieren no usar demasiada aleatoriedad en el proceso del sortilegio. Cuando uno está a punto de hacer una lectura de Tarot, no mezcle las cartas docenas de veces obsesivamente. Hágalo con intuición -- a veces tendrá la sensación de que debe dejar las cartas sobre la mesa cuando apenas a comenzado a mezclarlas, esto está bien.

martes, 23 de septiembre de 2014

ADIVINACIÓN CON CRISTALES (SCRYING) - JOSEPH MAX


Las herramientas más conocidas de este tipo de adivinación son la bola de cristal y la negra, o espejo "mágico". Este es un talento que algunas personas adquieren con más facilidad que otras, pero en realidad cualquiera puede lograrlo con la suficiente práctica. El objeto empleado para fijar la atención es usado como una "pantalla en blanco" que permite que las imágenes visuales fluyan al ojo de la mente sin una dirección consciente. Esta es una forma de privación sensorial auto-inducida, donde el acallamiento del diálogo interno y la concentración de la mente en un punto fuerza el subconsciente a llenar el vacío con imágenes propias. Básicamente, uno practica éste método por medio de la meditación profunda sobre el objeto elegido por largos períodos hasta que al final la mente se rebela ante la carencia de estímulos y las imágenes comienzan a aparecer desde lo profundo del subconsciente. La tenacidad es la llave al éxito. Con el tiempo el estado mental requerido se hace más fácil y más rápido de obtener. 

La gnosis sexual es también un buen método para lograr el estado mental apropiado para adivinación.

LOS DÁIMONES DE PLATÓN - PATRICK HARPUR


Las grandes autoridades en el mundo intermedio de la realidad psíquica fueron los neoplatónicos, que florecieron desde mediados del siglo III a.C hasta mediados del VI. Siguiendo el diálogo más místico de Platón, el Timeo, llamaron a la región intermedia el Alma del Mundo, comúnmente conocida en latín como Anima Mundi. Así como el alma humana mediaba entre el cuerpo y el espíritu, el alma del mundo mediaba entre el cuerpo y el espíritu, el alma del mundo mediaba entre el Uno (que, como Dios, era el origen trascendente de todas las cosas) y el mundo material y sensorial. Los agentes de esta mediación recibían el nombre de dáimones (a veces escrito daemones); éstos, se decía, poblaban el Alma del Mundo y proporcionaban la conexión entre los dioses y los hombres.

Más tarde la cristiandad declaró injustamente a los dáimones demonios. Pero originariamente eran solo los seres que abundaban en los mitos y el folclore, desde las ninfas, los sátiros, los faunos, o las dríadas de los griegos, hasta los elfos, gnomos, trols, jinn, etc. Por ello, denomino a todas las figuras de las apariciones, incluidos nuestros alienígenas y seres feéricos, con el nombre genérico de dáimones.

Los dáimones eran esenciales para la tradición de la filosofía gnóstico-hermético-neoplatónica, que era más como una psicología (en el sentido junguiano) o una disciplina mística que como los ejercicios de lógica en que se convirtió la filosofía. Pero los dáimones del mito evolucionaron hacia un tipo más ajustado a estas filosofías, ya fueran ángeles, almas, arcontes, tronos, potestades, muchos de los cuales se infiltraron luego en el cristianismo. Siempre flexibles, los dáimones cambiaban de forma para adaptarse a los tiempos, transformándose incluso en abstracciones si era necesario (las hénadas neoplatónicas, por ejemplo), aunque prefiriendo, dentro de lo posible, permanecer como personificaciones. El elenco de personajes arquetípicos de Jung –sombra, animal/animus, Gran Madre, Anciano Sabio- lo coloca sólidamente en esta tradición.

Nunca del todo divinos ni del todo humanos, los dáimones emergieron del Alma del Mundo. No eran espirituales ni físicos, sino las dos cosas. Tampoco eran, tal como Jung descubrió, enteramente internos ni externos, sino ambos. Eran seres paradójicos, buenos y malos, benéficos y temibles, guías y censores, protectores y exasperantes. La Diotima de Platón los describe en el Banquete, un diálogo consagrado al más ignorado de todos los temas por la filosofía moderna: el amor.

“Todo lo daimónico es un intermedio entre dios y mortal. Interpretando y transmitiendo los deseos de los hombres a los dioses y los deseos de los dioses a los hombres, permanece entre ambos y llena el vacío (…). Un dios no tiene contacto con los hombres; solo a través de lo daimónico se dan el trato y la conversación entre hombres y dioses, ya sea en estado de vigilia o durante el sueño. Y el hombre experto en semejante relación es un hombre daimónico…”

En términos jungianos, los dáimones son imágenes arquetípicas que, en el proceso de individuación, nos conducen hacia los arquetipos (dioses) mismos. No necesitan transmitir mensajes, pues ellos son en sí el mensaje. Los griegos comprendieron desde una época temprana que los dáimones podían ser psicológicos, en el sentido junguiano. Atribuían a los dáimones “esos impulsos irracionales que se alzan en un hombre contra su voluntad para tentarlo, como la esperanza o el miedo”. Los dáimones de la pasión o los celos y el odio todavía nos poseen, como han hecho siempre, haciendo que nos lamentemos tristemente: “No sé lo que me pasó. Estaba fuera de mí.” Pero, auque la actividad daimónica es más fácil de detectar en el comportamiento obsesivo e irracional, siempre está trabajando silenciosamente entre bastidores. Nuestra tarea es identificar los dáimones que hay detrás de nuestras necesidades y deseos más profundos, de nuestros proyectos e ideologías, pues como hemos visto, éstos siempre tienen una implicación religiosa, yendo y viniendo del ser divino y arquetípico. No debemos ignorarlos, porque como dice Plutarco, aquel que niega los dáimones rompe la cadena que una al mundo con Dios.

Tomado de "Realidad Daimónica - Patrick Harpur"

REALIDAD PSÍQUICA - PATRICK HARPUR


Jung sostenía una cosmovisión que hacía inteligibles las apariciones. La descubrió empíricamente examinando los sueños y fantasías de sus pacientes, que le llevaron a desvelar un profundo nivel colectivo del inconsciente con un contenido de imágenes arquetípicas que vivían una vida objetiva independiente. Como es natural, buscó algún equivalente de su idea, y fue a encontrarlo, quién iba a decirlo, en la alquimia. Lejos de ser tan solo una forma primitiva de la química, la alquimia resultó ser un complejo sistema ritual de autoiniciación; toda una “ciencia del alma”, de hecho. 

Leyó en un texto alquímico la siguiente observación, hecha de pasada, que decía que “el alma solo está confinada al cuerpo parcialmente, al igual que Dios está solo parcialmente confinado al cuerpo del mundo." Esto confirmaba su propia conclusión, según la cual “la psique es solo parcialmente idéntica a nuestro ser empírico consciente; en cuanto al resto, se proyecta y en este estado imagina o representa las cosas que el cuerpo no puede captar…”. Aquí, la naturaleza objetiva de la psique quedó firmemente establecida. Pero Jung se sigue aferrando a la interioridad fundamental de la psique, cuyas manifestaciones externas solo serían proyecciones. Para cuando sale su obra magna –Mysterium Coniunctionis (1955 – 1956)- incluso esta convicción se ha visto sacudida. “Puede que sea un prejuicio”, reflexiona Jung, “restringir la psique a estar “en el interior del cuerpo”. En la medida en que la psique tiene un aspecto no espacial, puede haber psique “fuera-del-cuerpo”, en una región tan absolutamente distinta de la esfera de “mi” psique que uno tenga que salir de sí mismo (…) para llegar allí.”

Jung se imaginaba esta región como un “territorio ajeno exterior al ego”, como aquellos en los que creen los pueblos tribales; todo un mundo, invisible pero presente en éste, que estaba habitado por los espíritus de los ancestros y por espíritus que pertenecían a ese mundo (y que nunca se habían encarnado). Por supuesto, también podía percibirse como un mundo “psíquico interior”, como un mundo en miniatura. En otras palabras, Jung ya no pensaba tanto en términos de dos mundos, en interior y otro exterior, sino en términos de dos aspectos del mismo mundo: un microcosmos y un macrocosmos. Jung llamó a este mundo realidad psíquica.

Para nosotros es difícil captar la realidad psíquica porque nuestra cosmovisión ha sido obstinadamente dualista durante largo tiempo. El dualismo cuajó a principios del siglo XVII con el nuevo empirismo de Francis Bacon y la filosofía de René Descartes, que dividió firmemente el mundo entre mente (sujeto) y extensión (objeto). Pero el trabajo de base para tal distinción se había establecido, siglos antes, en el Concilio Eclesiástico de 869, que decretaba dogmáticamente que el hombre está compuesto de dos partes, cuerpo y espíritu. El tercer componente –alma- estaba contenido en el espíritu, y así se perdió una distinción esencial. Pues es precisamente al alma (psykhé en griego, anima en latín) a lo que se remite la realidad psíquica: un mundo intermedio, entre lo físico y lo espiritual, que participa de ambos.

Con el advenimiento del cristianismo en el mundo, la creencia en la realidad psíquica se derribó. Filemón era el antepasado espiritual de Jung.

Tomado de "Realidad Daimónica - Patrick Harpur"

LA VISIÓN CRISTIANO CIENTÍFICA (DE LAS APARICIONES) - PATRICK HARPUR


Este artículo es una crítica de Patrick Harpur a la forma de percibir las apariciones por los cristianos y científicos, cuyo paradigma no deja observar la realidad como tal. Da algunas pautas de cómo liberarse del veneno cultural de estos dos paradigmas.

“Resulta divertido e interesante establecer distinciones entre diferentes tipos de seres feéricos (1) y entre, pongamos, seres feéricos y alienígenas. Pero una clasificación formal no es posible ni, creo yo, deseable. La clasificación presupone un tipo de pensamiento que no es aplicable al mundo visionario o de las apariciones. Y, además, las propias apariciones se resisten a ello. En cuanto se les atribuye una característica, viene otra a contradecirla. Así pues, en lugar de constreñir las apariciones a una u otra categoría, es más sensato dejar que tomen ellas la iniciativa para saber cómo debemos verlas. Esto significa modificar nuestro punto de vista, que, explícita o implícitamente, ha sido modelado por el cristianismo y, más recientemente, por la ciencia. 

El cristianismo no consiente las hadas, ni los alienígenas o similares. Sus dirigentes apenas pueden tolerar las visiones acreditadas de la Virgen María. En conjunto, el cristianismo desearía que las apariciones se esfumaran. Si no lo hacen, se ve inducido a afirmar que son obra del diablo. La ciencia las ignora por completo. Las apariciones y las visiones, contrariamente a lo que creen, por ejemplo, la mayoría de los ufólogos, tienen poco que ver con la ciencia. A pesar de todos los esfuerzos de pseudocientíficos como los parapsicólogos para demostrar su existencia, seguirán siendo (como casi todas las cosas en la vida) rumores, habladurías, anécdotas, historias y experiencias privadas. Siempre habrá abundantes historias sobre pruebas –afirmaciones de que hadas y alienígenas han sido atrapados, disparados, fotografiados o lo que sea-, pero no nunca existirá una prueba inequívoca en sí misma. Y, aun así, la prueba no demuestra nada. Nadie que haya visto o sentido toda la fuerza de una aparición pide pruebas, y si trata de desmotrárselo a otros es solo porque se siente obligado a hacerlo, al tenor científico de nuestro tiempo. 

Si la ciencia se conformara con ignorar las apariciones, todo estará bien. Por desgracia, ha alimentado una ideología, el cientificismo (a grandes rasgos, una mezcla de positivismo lógico y materialismo filosófico), que cree apropiado pronunciarse sobre cuestiones que no le conciernen, como la experiencia visionaria. Puesto que estas cuestiones no se adecuan a los esquemas de cosas, el cientificismo las condena con todo el celo de un cristiano converso. En el mejor de los casos, adopta una postura de superioridad, como si perteneciera a un terreno moral más elevado, y recurre a la psicología (con lo cual quiere decir “dentro de la mente”) o, sí, a “tensiones psicosociales”. Ni en sueños daría crédito al testimonio de personas corrientes. Forma parte intrínseca del cristianismo “oficial” y del cientificismo proyectarse como superiores (el cristianismo y el cientificismo verdaderos sufren la duda y la humildad).

Para entender las apariciones tenemos que cultivar una visión del mundo distinta de la que se basa el cristianismo, la ciencia y sus legados ideológicos. Como ya hemos visto en Jung, que sostenía tal visión, una parte considerable de ello implica dar la vuelta a presuposiciones, reexaminar la “realidad” y reinstaurar la importancia de los sueños, los contenidos inconscientes y las imágenes del alma. Afortunadamente, no es algo tan difícil como sugiere la complicada y a menudo ampulosa psicología de Jung. Y es que la misma visión existía en todas partes en la era precristiana, y existe todavía en las culturas no monoteístas. Incluso existe, contra todo pronóstico, extraoficialmente –instintivamente- entre grupos e individuos de un precedente de su visión, de un contexto histórico para las pruebas que ven con sus propios ojos.”

(1) Por "seres feéricos" el autor entiende todo tipo de entidades elementales como elfos, gnomos, duendes, hadas, etc.

Texto tomado de "Realidad Daimónica - Patrick Harpur"

MÉTODOS DE ADIVINACIÓN - JOSEPH MAX


La adivinación puede ser subdividida en dos grupos básicos -- Intuición y Sortilegios. Los técnicas de intuitivas incluyen mirar cristales, lectura de hojas de té y de "huesos", y por supuesto las siempre-populares entrañas de una cabra. Los sueños proféticos también están bajo en esta categoría. El factor en común que estas técnicas tienen es que no hay un instrumento con un set de significados preestablecidos, y el conocimiento adivinatorio llega al buscador como una "visión" o una intuición convincente. Todos estos métodos requieren desarrollar del talento de tratar de disminuir el "ruido de fondo" de la mente lo suficiente como para estar captar las débiles señales que describen los acontecimientos más allá del espacio/tiempo. Esto lleva práctica, aunque algunos individuos parecen tener una natural capacidad a este respeto. La práctica profunda de la meditación aumenta su eficacia, si el estado de trance puede ser inducido a trabajar a un nivel que permita a la mente consciente comunicar las impresiones recibidas. Éste es el propósito detrás de elementos tales como bolas de cristal o espejos mágicos, dando a la mente algo en lo cual enfoque su atención, y reforzar así la asociación de este instrumento con la recepción del conocimiento adivinatorio por práctica repetida.

Otra forma eficaz de trance adivinatorio parece ser la gnosis provocada por agotamiento sexual. Las orgías de éxtasis de los famosos oráculos de Delfos y de otros cultos del viejo-mundo de Dionisios sirvieron para este fin. Ese método, sin embargo, presenta algunos problemas logísticos si va a ser utilizado hoy en día.

Ciertas drogas psicoactivas han sido utilizadas para inducir a estados de trance adivinatorios, pero pongo en duda la eficacia real del método y la interpretación de lo qué realmente está pasando. En la mayoría de los casos participan un adivino y un interprete que trata de discernir los balbuceos del adivino quien está bajo los efectos de la droga. En mi opinión, éste último no está nada más que usando al adivino como una forma de "cartas de tarot", y los divagues cuasi-al azar del "adivino" son intuidos por quién realmente está haciendo la adivinación.

La clarividencia debe también incluir la adivinación por medio de las imágenes experimentadas en sueños. Casi todos han tenido la experiencia de "soñar el futuro" alguna vez, pero los magos pueden entrenarse para soñar para propósitos específicos, o aún en las técnicas de sueños lúcidos, donde el soñante está consiente de sí mismo durante el sueño. Desde esta posición ventajosa, las adivinaciones se pueden obtener deliberadamente en el estado de sueño, directamente interconectando con el subconsciente. Esto es una técnica avanzada, que es muy extensa para incluir en este articulo. Hay un mucho material disponible describiendo métodos de entrenamiento del sueño lucido en cualquier gran librería o en Internet. Pero esté preparado para practicar por un tiempo muy largo, incluso años, para llegar a ser perito en él.

Sortilegio es la utilización de medio cuasi-al azar para obtener un patrón, que entonces se interpreta usando un sistema predeterminado de simbolismo. Las cartas de Tarot (y sus variados descendientes), las runas y la quiromancia son los principales métodos. Esto no significa que la intuición mágica no está involucrada, si no fuera el caso cualquier persona que utilice las cartas o las runas (y esté equipada con un libro con sus significados) sería igualmente de eficaz como adivino. Éste obviamente no es el caso.

Parece haber unas cuantas escuelas de pensamiento que difieren en el uso de la cartomancia y similares como herramientas de adivinación.

Algunas sostienen que las cartas son el exceso a una profunda fuente de inspiración simbólica y son en si mismas arquetipos de la realidad. Esto es un punto de vista un poco religioso, afirmando que el significado de las cartas o runas fueron establecidos por los antiguos adeptos de Egipto o dioses. Debido a esto, estos significados son sagrados y no pueden ser alterados sin que el sistema pierda su eficacia.

Otros afirman que los objetos u imágenes no simbolizan nada, sino que solamente son útiles como un medio para que el mago fije su concentración, en una palabra las cartas de Tarot utilizadas como una pintoresca versión de la típica bola de cristal.

Otro punto de vista (y al que me adhiero) es que tanto los instrumentos como el método que se usa son una forma de encantamiento, es el "leer el viento" del potencial caótico del universo en un punto dado del espacio/tiempo. Para que éste sea eficaz, dicho sistema simbólico debe ser un tipo de "lenguaje" con un vocabulario lo suficientemente grande como para expresar una gran gama de diferentes acepciones potenciales. Las cartas de Tarot son un medio excelente con respecto a esto ya que que tienen un suficientemente grande y bien desarrollado vocabulario de definiciones, con sutiles variaciones de significado obtenibles en contexto.

Los videntes profesionales, tales como los que poseen brillantes carteles luminosos de neón en la fachada de sus tiendas, anuncios en la televisión y líneas telefónicas gratuitas,están a menudo bien versados en las técnicas conocidas como "lectura fría" que no es exactamente la misma cosa que autentica adivinación. Estas técnicas implican la aguda observancia de las sutiles pistas proporcionadas por el consultante combinada con las tendencias psicológicas "medias" de grupos sociales típicos.

Entre las generalizaciones más comúnmente usadas están las tendencias de que, los hombres están interesados en el poder(dinero, carrera, prestigio), mientras que las mujeres están interesadas en el amor (romance, relaciones, unión).

A pesar de que esto puede parecer trivial e incluso sexista, tales descripciones no están tan equivocadas en relación a aquellos que asisten a adivinos profesionales.

El profesional teniendo en cuenta éstas tendencias, combinadas con observaciones del humor general del consultante (excitado, presionado, ansioso, etc.), hará preguntas aparentemente sin importancia acerca de la situación, buscando pistas de lo que es realmente importante: diciendo lo que el cliente desea oír. Tales profesionales no se mantienen en el ramo mucho tiempo si no dan a cliente lo que el cliente desea. Esto muchas veces toma la forma combinada de una adulación y una advertencia. ("usted es una buena persona con mucho a ofrecer en una relación, pero puede pasar que alguien con pocos escrúpulos se aproveche de usted. Le ha sucedido esto en el pasado?") De todas formas, si esta línea del trabajo le atrae, le sugiero leer Secrets of Gypsy Fortune Telling (Secretos de la adivinación gitana)de Raymond Buckland que dicen (Llewellyn) y The Satanic Witch (La bruja Satánica) de Antón Szandor Lavey los cuales contienen capítulos describiendo las técnicas de la lectura fría profesional.

lunes, 22 de septiembre de 2014

ADIVINACIÓN - JOSEPH MAX


Se define la adivinación como la capacidad de obtener conocimiento de personas, de lugares o de acontecimientos sin las limitaciones del espacio y/o el tiempo. Si aceptamos el concepto que todas las cosas están interconectadas, entonces como la molécula del ADN, cualquier parte del todo contiene la esencia de ese organismo que llamamos Universo en su totalidad. Pero esta conexión es tenue en el mejor de los casos, o existe a un nivel tan bajo de manifestación que la onda de información que se propaga a través del espacio-tiempo puede ser detectada solamente cuando la mente está en un estado receptivo, y el censor psíquico puede ser inducido a permitir que llegue a la conciencia. Este es el fin que persiguen todas las técnicas adivinatorias.

La intuición es una parte importante en cualquier tipo de magia. Mucho de lo que usted experimentará en la práctica mágica vendrá a usted de forma intuitiva.. Generalmente hablando, sus poderes intuitivos van a ir desarrollándose naturalmente como consecuencia de la práctica mágica. Mucho de lo que se llama intuición es simplemente una cuestión de estar enterado de lo que está pasando alrededor suyo. Los meta-patrones de existencia serán simplemente más obvios una vez que usted haya tenido cierta experiencia en su manipulación a través de la magia.

La dificultad se presenta no por ser inconsciente del mundo mágico alrededor de usted, sino por estar desatento a las sutilezas que se pueden utilizar para propósitos prácticos. Los presagios no le van a ser de algún provecho si usted no hace caso de ellos.

Por otra parte, buscar constantemente presagios en cada eventualidad que se cruce en su camino es también una trampa. Mientras que sí puede ser verdad que todo en el universo esté correlacionado, especialmente a un nivel mágico, el universo también se comporta caóticamente - es un sistema turbulento, no lineal. Predecir qué gota de agua será la que va a a salpicar hacia el noroeste cuando el cubo golpea el piso es literalmente imposible. Ciertas predicciones no pueden ser hechas, sólo tendencias identificadas. Usted nunca sabe adónde alguna pequeña mariposa va a sacudir sus alas y así alterar la realidad. 

Algunos lazos intuitivos son "naturales", por ejemplo entre gemelos o un padre y un niño. Hay muchos casos documentados de este tipo de conexiones demostrando proporcionar información exacta, especialmente concernientes a acontecimientos catastróficos.

La adivinación parece ser considerada como la parte más benigna de la práctica mágica por el público en general. Los horóscopos se publican en todos los periódicos importantes. Los adivinos han abiertos tiendas y se han instalado en cada ciudad, pueblo y aldea del mundo. Averiguar el futuro se ha convertido en una forma de entretenimiento para millones de personas, y así nunca estarán tan cerca de ser tocados por la chispa de la magia. No es la intención de este capítulo el dar descripciones profundas de las diferentes técnicas de adivinación o el dar instrucciones para su uso. Hay una gran cantidad de libros disponibles en cualquier librería que explican estos sistemas en profundidad. Lo que si es importante es elegir una técnica y pasar un buen tiempo desarrollándola, ya que es una parte importante de lo que significa ser mago.

SUEÑOS - PATRICK HARPUR


Hay que subrayar que, aunque los sueños son experiencias internas, no son subjetivos. Es decir, que no son nuestras mentes conscientes quienes los crean. No nos pertenecen, sino que son algo que nos sucede. Los antiguos griegos hacían bien en nunca decir que no habían tenido un sueño, sino que habían visto un sueño. También hacían una distinción fundamental entre los sueños significativos y los que no lo son. Los sueños ordinarios, cuyo contenido remite a acontecimientos de nuestras vidas, eran producto del inconsciente personal. Pero también están los sueños arquetípicos, que derivan del inconsciente colectivo, llamados “significativos” por los griegos y “grandes sueños” por las sociedades tribales.  El ambiente de éstos es bastante distinto al de los sueños ordinarios. Se distinguen por su intensidad y su claridad y, por encima de todo, por su sentido de la realidad. Se perciben como sagrados y, en ocasiones, proféticos. Un ejemplo típico, citado por Jung, es el de una mujer que soñó que bajaba por los Campos Elíseos en autobús. Sonó la alarma antiaérea y todos los pasajeros se bajaron y desaparecieron en las casas de los alrededores. La mujer, que fue la última en dejar el vehículo, intentó meterse en una casa, pero las puertas estaban cerradas. La calle estaba absolutamente vacía. Se apoyó en una pared y alzó la vista al cielo. En lugar de las esperadas bombas vio “una especie de platillo volante, una esfera metálica con forma de gota. Iba volando bastante despacio de norte a este, y [ella] tuvo la impresión de que la estaban observando”. En medio del silencio, oyó los tacones de una mujer que bajaba caminando por la calle vacía. “El ambiente era de lo más raro.”

Vemos aquí la transición del inconsciente personal, por decirlo así, al colectivo: la mujer está viajando con bastante normalidad cuando suena la “alarma antiaérea”. La dejan sola frente a la dramática aunque habitual situación de un ataque enemigo. Pero en lugar de eso aparece algo completamente externo a este mundo, una epifanía, acompañada del aura de rareza que rodea a los avistamientos de ovnis.

Un mes más tarde, la mujer tuvo otro sueño:

“Estaba caminando de noche por las calles de una ciudad. Unas “máquinas” interplanetarias aparecieron en el cielo y todo el mundo huyó. Las “máquinas” parecían grandes puros de acero. Yo no hui. Fui detectada por una de las “máquinas”, que vino directa hacia mí en ángulo oblicuo. Yo pienso: el profesor Jung dice que no hay que escapar, así me quedo ahí quieta y miro la máquina. Vista de cerca y por delante era como un ojo circular, medio azul y medio blanco”.

Aquí, el sentido de la epifanía –de un dios o de Dios mismo manifestándose- se intensifica. El ojo único es como el alma con varios ojos que todo lo ven mencionada por Cesáreo. Pero, aunque puede que el consejo de Jung a su paciente sea sensato, hay que tener en cuenta que el contacto directo con poderes espirituales es equívoco –tan peligroso como beneficioso-, tal y como muestra la segunda parte de este mismo sueño. La mujer se encuentra en una habitación de hospital. “Entran mis dos jefes, muy preocupados, y le preguntan a mi hermana cómo estoy. Ella contesta que la sola visión de la máquina me ha quemado todo el rostro. Solo entonces me doy cuenta de que están hablando de mí, y de que tengo toda la cabeza vendada, aunque no puedo verla.”

Los testigos de ovnis relatan que se les quema la cara, les salen erupciones, irritaciones en la piel, conjuntivitis… Atribuyen estos síntomas a la “radiación”. Pero lo que vemos es que no todas las radiaciones tienen que ser literales. Las abrasadoras imágenes arquetípicas dejan su marca en un sentido psíquico y simbólico, además de en un sentido físico y literal. Moisés tuvo que cubrirse el rostro después de ver la zarza ardiente, no porque ardiera por radiación, sino por que irradiaba por la gloria del Señor, no podía ser mirada.

Así, los ovnis pueden aparecer en sueños con una lucidez muy vívida, e incluso más que eso. Pero, a la inversa, las visiones de ovnis en vigilia suelen estar rodeadas por un ambiente extraño y onírico, la misma calma y rareza que se presentan en sueños. Muchos testigos relatan que al ver ovnis, parece como si el tiempo se detuviera y a veces aparece un silencio extraño. Los testigos describen una sensación de aislamiento y ensimismamiento, como si (igual que en el ejemplo del sueño) todo lo demás se hubiera desvanecido de repente; una sensación de unidad con el objeto percibido en que la aprensión o temor iniciales pueden ser reemplazados por una sensación de tranquilidad apagada.

Otra rareza se describe, como despertarse en medio de la noche y tener una urgencia por asomarse por una ventana. Al observar por la ventana, se ve el ovni. A menudo cuando esto sucede, el testigo olvida lo que ha visto. Muchas personas lo recuerdan, porque escribieron el suceso cuando ocurrió. Similarmente, como cuando, se olvidan “grandes sueños” hasta que un leve recordatorio los trae de nuevo a la memoria. También sucede con las personas que ven ovnis en estado de vigilia, que los recuerdan cuando leen un informe de otra persona. 

Los sueños son reales, si bien es un orden de realidad diferente del que nos complacemos en considerar normal. No se deben subestimar los sueños.

Tanto Jung como Freud, consideraron los sueños la via regia al inconsciente y, por tanto, al autoconocimiento. La paradoja del inconsciente es, que solo es inconsciente desde el punto de vista la conciencia en vigilia ordinaria. Cuando ésta duerme o se encuentra en suspenso, el “inconsciente” revea una asombrosa consciencia propia que a menudo ve y sabe más que nosotros. Sueño y vigilia no tienen por qué ser tratados como contrarios. Uno puede invadir al otro. Se pueden considerar los sueños como visiones del durmiente, y las visiones como sueños en vigilia. Los primeros tienen lugar interiormente y los segundos, exteriormente. Pero son de la misma especie.

La condición visionaria es muy frágil. Una vez se ha roto el encantamiento por la llamada al orden y al sentido común, se evapora y el gran secreto queda olvidado.

Los espíritus feéricos tienen correspondencia con los alienígenas actuales.

Texto tomado de "Realidad Daimónica - Patrick Harpur"